martes, 19 de octubre de 2010

HABLANDO DEL LLANTO DE UN NIÑO DE ALTA DEMANDA

Cuando nos planteamos una crianza más natural y amorosa, también a veces establecemos leyes insalvables como que "no hay que dejar llorar a los bebés". La realidad es más frustrante; por mucho que tú quieras y pongas de tu parte, no siempre es suficiente y la realidad nos puede superar a menudo. Comprender eso y relajarnos, tratar de ser madres y padres "suficientemente buenos" y no "perfectos" facilita mucho la crianza y la vida familiar en general.
Comentaba una madre en un grupo de crianza que se sentia frustrada  porque su bebé lloraba cada vez que le separaba de ella. Ver que no se llega y que tu bebé sigue llorando es una realidad para muchas madres, que a veces no se atreven ni a compartirlo por no ser etiquetadas como malas madres. 

Es cierto que existen niños de alta demanda y que existen momentos críticos pero también lo es que las madres tienen límites y su vida más allá de sus bebés. Por esto, se van a suceder momentos en los que los peques van a llorar y no vamos a poder hacer mucho al respecto. No podemos cargarlos si estamos con el hermano en la bañera, cocinando... como esta madre comentaba. No vamos a poder evitar en muchos casos tener que recurrir a guardería o incluso a otra persona ajena a la madre como cuidadora. Y el niño tiene que llorar su frustración, su tristeza, su descoloque. Ese es su lenguaje y también su forma de descargarse (no puede ponerse a gritar conduciendo o irse al gimnasio o a correr como hacemos muchos adultos,por ejemplo, para descargar la tensión del día...). Y está bien: se está comunicando, está pidiendo lo que necesita y/o soltando estrés. Podemos escuchar su llanto también desde ahí y ponerle nosotros, como adultos, palabras.
Y aquí viene la segunda parte. No sólo comprender porqué, para qué llora nos facilita la tarea de acompañarle y consolarle. También tenemos que saber que cogerle en brazos no es la única opción aunque habitualmente un contacto sea la mejor respuesta para él. Lo importante para que un niño no sufra más de la cuenta es NO DEJARLE SOLO CON SU LLANTO. Esto significa que podemos decirle "ahora me gustaría abrazarte porque te escucho llorar, pero estoy con tu hermana y no puedo dejarle sola"; "Te veo, te escucho y cuando pueda te cogeré". Y repetirlo cada poco rato. "Ya veo que estás cansado, o tienes hambre, o estás enfadado, o...", "siento que estés llorando tanto, qué pena no poder cogerte ahora"...
Con estos comentarios le estamos diciendo que le vemos y escuchamos, que es legítimo manfifestarse aunque me canse, que identifico y comprendo sus emociones, que estoy cuidando a otra persona, ya sea un hermano/a o a mi misma y que el consuelo llegará.
También el hermano o hermana escucha y sabrá que en otro momento será él/ella quien tenga que esperar, pero que el abrazo llegará.
A veces es sorprendente como este cambio de actitud facilita que tanto mamá como el bebé se relajen y, ¡oh casualidad!, a menudo el llanto disminuye.
Esto lo he experimentado cuando he trabajado niños pequeños y bebés en grupo, y es muy tranquilizador. Como psicomotricista yo los cojo siempre que necesitan  y también me toca a veces ir y venir, puesto que estoy con otros niños. Aprenden a esperar tranquilos, también los bebés, de una manera que a mi no deja de sorprenderme después de muchos años de práctica. ¡Incluso alguno ha llegado a cortar el llanto hasta que vuelvo a abrazarle para llorar conmigo!
La aceptación y el respeto hacia mi y hacia el bebé sigue siendo la mejor receta.  

3 comentarios:

  1. Muy útil esto que explicas, Marta. Parece mentira cómo nos "maltratamos" muchas madres exigiéndonos más de lo que se puede dar. Además de aprender a esperar, de este modo también sabrán que no son el centro del universo, que es otra buena lección. Gracias.

    ResponderEliminar
  2. Me alegro de que te sirva Cristina. Creo que es hora de que nos exigamos y maltratemos menos y, en su lugar, nos cuidemos mejor, ¿no? Y si puedo contribuir a ello, encantada.
    Gracias por tu comentario.

    ResponderEliminar
  3. Esto lo he puesto en practica con mi niña de 2 años, soy padre soltero y es cierto, baja su llanto

    ResponderEliminar